La Colmena de Tetuán: un proyecto a 3 voces

Vero, Paula y Claudia, tres mujeres lideran la Colmena de Tetuán, un proyecto a tres voces que tiene como objetivo poner más fácil el consumo de frutas y verduras ecológicas a las familias de este barrio de Madrid. Las entrevistamos para conocerlas un poquito mejor.

Vero. ¿Cuál es tu profesión?

Soy periodista y fotógrafa. Empecé como reportera de radio, después fui redactora de tele y trabajé en editoriales, revistas y suplementos. Desde hace 3 años me he dedicado más a la fotografía y los documentales, pero sigo haciendo lo que he hecho siempre: contar historias.

Paula. ¿Cómo os conocisteis?

En el barrio de Tetuán se puso en marcha un proyecto llamado “Paisaje Tetuán” en el que varios colectivos y asociaciones llevarían a cabo una serie de iniciativas con el objetivo de fomentar la creatividad, la participación pública y la difusión en la mejora del paisaje urbano. La propuesta de Claudia y su socia Elena, a través de su asociación Moenia, era una huerta en un solar. La futura Huerta de Tetuán. Contactaron conmigo para formar parte de su equipo en calidad de asesor técnico para la ejecución y posteriormente la impartición de talleres de huerto urbano. Soy ingeniera agrícola, me apasiona la jardinería y estoy muy interesada en proyectos de carácter social por lo que no lo dudé. Estaba encantada de implicarme con ellas.  Vero, que junto con Claudia, participaba en otra huerta urbana que hubo que desmantelar, ultimaba un documental sobre ésta  y comenzaba a darle forma a Tetuaneros, un documental sobre el barrio en el que la creación y  evolución de La Huerta de Tetuán son una pieza indispensable. La Huerta nos unió.

Claudia. ¿Qué es la Huerta de Tetuán?

La huerta de Tetuán es un espacio autogestionado por vecinas y vecinos del barrio de Tetuán, un espacio de convivencia, encuentro y aprendizaje en el que se cultivan de manera ecológica verduras y hortalizas, pero en el que también se programan otras actividades culturales. Un espacio que permite que los vecinos se reúnan y desarrollen sus inquietudes generando una programación de ocio y  un entorno ideal para aprender cosas sobre la naturaleza, trabajar en equipo, aprender valores sobre la sostenibilidad, el reciclaje, el cuidado de nuestra ciudad y sobre todo hacer nuevos amigos con los que pasar ratos agradables.

Vero. ¿Qué aporta al barrio esta huerta urbana?

Es un pequeño pulmón. Tetuán es un distrito, en general, “poco amable” con los vecinos. Faltan parques, árboles, bancos, fuentes… Las plazas son de cemento, sin sombras y sin espacios para conversar y compartir. Cuando entras en la huerta sientes que estás en una especie de oasis. No se escucha el tráfico, los olores a hierbas aromáticas lo inundan todo, hay insectos revoloteando, bancos y sillas para sentarse, un escenario y un montón de cosas que hacer… Además, gracias a esta huerta los más pequeños han aprendido de dónde vienen las verduras y hortalizas que luego se comen. Tendrías que ver sus caras cuando tiran y sacan una cebolla o una zanahoria. Esos rostros resumen bien el valor de este espacio.

Paula. ¿Cuál es el encanto del barrio de Tetuán?

Tetuán es eso, un barrio. Aún conserva sus tiendas de toda la vida y gentes que en las noches de verano sacan sus sillas al fresco. Es un ejemplo de convivencia y está lleno de vida. Tetuán se mueve  sin hacer mucho ruido. En él he conocido personas comprometidas  que se han convertido en amigos y propuestas muy interesantes que hacen que el día a día aquí esté lleno de opciones.

Claudia. ¿Por qué os unisteis a ¡La Colmena Que Dice Sí!?

¡La Colmena Que Dice Sí! me pareció una alternativa interesante que aportaba ventajas sobre otros modelos de consumo ecológico y sostenible. Un modelo que incorporaba por un lado el contacto humano tanto a nivel productores como consumidores y por otro facilidades a la hora de hacer la compra (sin pedido mínimo, selección de los productos online…). Me pareció que un proyecto así podía ser perfecto para plantear en un barrio como Tetuán, en el que ya llevaba trabajando tiempo y participando de una comunidad que entiende de una manera concreta la forma de hacer barrio, de consumir y de generar conciencia medioambiental

Vero. ¿Si pudieras hacer un retrato de vuestra Colmena, cuál sería?

La Colmena de Tetuán tiene un ambiente distendido y muy cálido. La gran mayoría son familias que hacen su compra semanal, así que nos vemos prácticamente todos los jueves. Después de unos meses los vecinos ya se empiezan a conocer entre ellos y cada vez se crean más lazos y nuevas conexiones. Son vecinos de todas las edades con intereses e inquietudes en común, muchas veces con experiencias previas en grupos de consumo, preocupados por el origen de los alimentos y con conciencia medioambiental. Se crean conversaciones interesantes, todos aprendemos cosas… La verdad es que hay gente muy maja en nuestra Colmena, nos reímos mucho y lo pasamos bien.

Paula. ¿Qué cosas positivas te aporta el día a día de este proyecto?

Por mi profesión soy especialmente sensible a temas de sostenibilidad. Formar parte de ¡La Colmena Que Dice Sí! me permite aportar un pequeño granito de arena al cambio tan necesario en los modelos de consumo. Este proyecto supone una oportunidad de desarrollo personal y profesional.

Claudia. ¿Qué sueños os gustaría alcanzar?

Aunque el tema de los objetivos a futuro de vez en cuando nos viene a la cabeza, es algo que no queremos plantearnos de momento. Estamos muy contentas de cómo está yendo el proyecto, hemos trabajado duro para consolidarlo, solucionar los problemas que han ido surgiendo e implicar tanto a los productores como consumidores en la Colmena, haciendo que entiendan que todos formamos parte del proyecto.  De momento lo que nos preocupa es que siga adelante, que poquito a poco se incorpore más gente y que lo que era una posibilidad de que algo pasara se convierta en un alternativa real de consumo.

Las tres: ¿Vuestra comida preferida?

Vero: El cocido madrileño.

Paula: El cocido!!

Claudia: Las croquetas de mi madre

¿Un deseo para hacer que el mundo sea mejor?

Vero: Apuesto por los pequeños cambios, los cotidianos.

Paula: Ser capaces de ponerse en el lugar del otro.

Claudia: Que todos sonriamos más al que tenemos a nuestro lado en cada momento