EscapadasVisita con niños al museo del transporte de Londres

Hoy os propongo un planazo por Covent Garden. O bien con la excusa de callejear por la zona, tomar algo en alguno de las cafeterías del mercado, cotillear las tiendas y “picar” con algo acabáis haciendo una parada en el Museo del Transporte de Londres, para que los enanos también se diviertan, curioseen y, si aún les quedan fuerzas después de los pateos londinenses, no paren de subir y bajar de los autobuses. O viceversa, empezar por el museo y acabar recorriéndose Covent Garden.

El Museo del transporte de Londres es tanto para pequeños como para mayores. Es increíble lo que ha evolucionado la vida en tan poco tiempo. ¡Hace nada sólo privilegiados eran cargados, por personas, para transportarlos de un sitio a otro! Y luego llegaron los carros tirados por caballos, y a esos mismos carros se les adaptó la cabina posteriormente. Y no sabéis la cantidad de toneladas de “abono” que dejaban a diario los caballos por la City. Y la historia del primer autobús. Ni la de millones de personas que pasan al año por la estación de Victoria. O podéis saber un poco más sobre el famoso metro de Londres.

Está enfocado para todo tipo de público, pero es un buen plan para pasar en familia. Así como los mayores nos quedamos asombrados (o por lo menos yo), con la cantidad de cifras, lo rápido que cambia todo, lo fácil que es moverse de un lado a otro ahora… los peques disfrutan también del recorrido gracias a una cartilla que deben ir cuñando conforme vamos pasando las distintas zonas que narran y ejemplifican la evolución del transporte.

Además cuentan con muchas facilidades y zonas de diversión: cambiadores, zona de picnic, cafetería, zona de juegos, la posibilidad de subir o entrar en la mayoría de los autobuses, vagones. Muchos fines de semana y en época de vacaciones además hay talleres y otras actividades… Y los menores de 17 años no pagan y la entrada vale para todo un año (por si queréis repetir).

Al salir, si no lo habéis hecho antes, no hay otra que quedarse anonadado con los malabaristas que frecuentan las inmediaciones. Y cruzar Long Acre y descubrir la original callecita secreta Neal’s Yard.

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