AlojamientoTorre Forcheron, en el Delta, como en casa.

Cuando decidimos pasar un fin de semana en el delta del Ebro, teníamos claro que esta vez queríamos alojarnos en un sitio en el que los niños fueran muy bienvenidos. Buscando por Internet encontramos Torre Forcheron, nos pareció perfecta y allí que nos fuimos. Y me alegra decir que todas las opiniones positivas sobre el alojamiento que habíamos leído se cumplieron.

Olga y su familia son todo cordialidad y el alojamiento está muy orientado a los más pequeños. En el exterior, además de un espacio seguro para que los niños jueguen, tienen piscina, portería, una gran cama elástica, canasta, dos cabras (Bambi y Patri), un corral y una barraca (una construcción típica de la zona del Delta) que funciona como sala de juegos.

En el interior, tienen una sala polivalente con juegos y cuentos, y encima de la torre hay un mirador en el que se puede contemplar una panorámica de la Sierra del Montsià y la llanura del delta del Ebro. Nosotros reservamos una habitación triple a la que añadieron también una cuna para el pequeño, así que estuvimos los cuatro juntos.

Además, comimos muy bien. La comida era casera hecha con productos de primera calidad, muchos de ellos de elaboración propia, como el yogur o las mermeladas. Tengo que decir que el pequeño de un año llegó algo pachucho del estómago y Olga incluso se preocupó por si necesitábamos que preparara algo especial para él. Así que si buscáis alojamiento en el Delta del Ebro, Torre Forcheron es una buena base de operaciones para vuestras excursiones con los más pequeños.

Desde allí se puede visitar Món Natura Delta, Temps de Terra en Amposta y hacer una buena calçotada, els ullals de Baltasar, a los que se llega andando desde la misma casa, l’encanyissada y dar un paseo en bicicleta, las playas o ver la llegada de las barcas de pescadores en Sant Carles de la Ràpita. Y, por supuesto, disfrutar de una buena paelleta.