EscapadasDonostia con niños: a la isla con tortilla, escalopes y siesta

Parece que el fenómeno Mammaproof llega con fuerza y las agentes Mmmp han empezado con éxito su misión: ¡teñir la península de amarillo! Este es el color elegido para destacar lugares, ciudades, destinos más amables con los niños y familias. Y en Donostia no podía ser diferente: aquí tenéis nuestra colaboración para Mammaproof: Donostia con niños.

Ahora entenderás por qué está llegando a Donostia. Ciudad pequeña, paseable, bien comunicada por transporte público, con playas, parques infantiles por doquier y mucho verde. Parques y jardines para los picnicmaníacos, el Paseo de la Concha y tres montes en la misma ciudad en los que caminar, explorar, observar y desde los que disfrutar de las bellas vistas hacia el mar.

Y hablando de picnicmanía… El plan ideal para ir en familia, una tradición muy arraigada entre las familias donostiarras. Escapada de día a la isla. ¿Qué isla? Si tenéis en mente una imagen tipica de San Sebastián, supongo que es la imagen de la playa de la concha, con sus dos montes y una isla en el centro. Pues esta isla, se llama Santa Clara. Y en verano hay unos barcos que te llevan… y traen. Mis mejores recuerdos, con mis primos y toda la familia, están allí.

Pasos a seguir:

Desayuno fuerte (hacedme caso, os acordaréis de esto). Pasar por el mercado y comprar para el picnic. Preparar la comida o comprarla ya preparada (al ladito del mercado, en la calle Embeltrán , hay una tienda donde venden platos cocinados), si no, el tradicional bocata en el Juantxo, otro “must” donostiarra (en la misma calle).  Menú tradicional isla: tortilla, escalopes, ensalada y fruta (mi abuela nos ponía cerezas, ciruelas y peritas de San Juan).

Coger la barca. Salen cada media hora desde el puerto. Una vez comprados los billetes en las taquillas (están justo en el primer espigón desde el náutico) os acercáis al final del espigón…

Si montáis por primera vez, no penséis en que os váis a marear o no. Disfrutad del paseo. Observad el paisaje, las gaviotas, la ciudad desde el mar. Mi recuerdo de la infancia: el balanceo, la brisa, las gaviotas… y la radio del capitán.

Cuando lleguéis a la isla. Subid por la empinada cuesta, sin prisa, disfrutando del camino… (Ahora es cuando os acordáis del desayuno, ¡os avisé!). Ya arriba, hay muchos caminos, txokos con mesitas y arriba del todo, cerca del faro, encontraréis el chiringuito, detrás están los baños (dato importante).

Ya sólo os queda disfrutar. Relajaros. Jugar. Pasear por la isla. Comer. Hacer la digestión. Y el gran placer de echaros una siesta a la sombra.

Cuando os apetezca, bajáis a la playita, o a las rocas. Aprovechad la marea baja si váis con peques. Si vuestras fieras son un poco mayores, cualquier momento es perfecto para saltar desde el espigón y zambullirse en el agua.

Eso sí, estad atentos a la hora: la última barca sale a las 20.00 h.

Consejos Mammaproof: llevad protección solar y gorra. En la isla es fácil quemarse sin darte cuenta. Con la brisa no notas el calor y puedes ponerte como un cangrejito. ¡Atención esas espaldas! (Me estoy dando cuenta de que este es un momento muy amatxo, que diríamos aquí. Esto siempre me lo decía mi madre y muchas veces no le hacía ni caso… Imagináos cómo volvía…)

Ya sé en qué estáis pensando: no podemos hablar de una escapada a Donostia sin mencionar sus pintxos. No me olvido. Sí. Ricos. Muy ricos. Y por todas partes. Los bares de la parte vieja donostiarra y cualquiera de los barrios y pueblos a los que vayas, son un escaparate de la gastronomía vasca.

Y el hit para los niños, las croquetas, ricas, muy ricas, hacen las delicias de los peques de la casa.  Pregunta a un niño por su comida favorita. Uno te dirá que pizza, otro macarrones, helado, hamburguesa… ¡incluso acelgas! Uno que yo sé, donostiarra para más señas, contesta: “Mosto y croqueta”. ¡Por algo será!

Así, con los dientes largos, os voy a dejar por ahora…

Hasta la próxima crónica… que la Gabardina Amarilla ¡me viene muy bien!