Compartimos nuestra primera visita de toda una serie de visitas que iremos publicando con el objetivo de descubrir, junto a nuestras agentes, el sello de la Oficina Catalana de Turismo: Destino Turismo Familiar. ¡Esperamos que las disfrutéis tanto como nosotras! Puedes seguir nuestras experiencias a través de los hashtags #CatalunyaMammaproof y #MammaLovesCAT
Situado en el Pirineo de Lleida, Los Valles de Aneu, o Valls d’Àneu como se diría en catalán, ofrecen a las familias inquietas un auténtico paraíso natural donde conviven encantadores pueblos tradicionales, con valles, ríos, bosques de coníferas con un 40% de su territorio de dominio alpino . Una escapada ideal para las familias activas amantes de la naturaleza y los deportes durante todo el año: cuando cierra la temporada de los deportes de invierno, comienzan las actividades acuáticas y la temporada de pesca de la trucha.
Merece la pena aprovechar un puente largo para cargar el coche, recoger a los niños del cole y salir pitando en busca de montaña, aire puro, valles y si es temporada ¡mucha nieve! En Valls d’Aneu, no encontrarás aglomeraciones y colas en las pistas. Este recóndito valle aún queda por su acceso menos evidente, preservado de las espantadas de tribus urbanas y pasar tres días entre su gente, te hará retomar el sabor de la buena vida…¡no hay autopistas hacia el paraíso! prepárate para carreteras nacionales y curvas 🙂
Día 1: Bautizo de nieve en la estación de esquí de Espot
Llegamos el viernes por la noche cansados a la acogedora y familiar Posada d’Àneu B&B. Después de una noche reparadora nos preparamos para un día intensivo de iniciación al esquí. No hay nada como levantarse temprano, respirar el aire fresco de montaña y desayunar abundante sabiendo que vas a quemarlo todo en las pistas.
En la estación de esquí de Espot reservamos un bautizo de nieve para toda la familia. Una actividad recomendada a partir de los 6 años y muy interesante a pesar de que ya hayas esquiado antes: empezar con un monitor desde las nociones más básicas nos sirvió mucho para asentar buenas prácticas y comprender técnicas. Lo pasamos genial y después de varias subidas y bajadas con el profesor, ya pudimos atrevernos con las pistas azules solos Leo y yo. La imagen de ver a Leo adelantarme como si nada con una gran sonrisa en su cara ¡es mi mejor recuerdo del día! Unido a los momentos de risas y adrenalinas tirándonos juntos en los donuts de la zona lúdica.
De vuelta al pueblo de Espot, no pudimos evitar pararnos para echar unos futbolines y disfrutar del ambiente familiar de los bares del centro, mientras abrían las puertas del restaurante Juquin, donde probamos la comida típica pallaresa en todo su esplendor: muy recomendable la sopa de pastor y las carnes de caza como el civet de jabalí.
Día 2: Visita del Centro de Fauna de Món Natura Pirineus
Hoy tocaba recordar que convivimos en estas tierras con la naturaleza salvaje. Qué mejor manera que visitar el Centro de Fauna de Món Natura Pirineus del que ya os hablamos largamente en esta crónica primaveral.
En esta ocasión visitamos el centro con nieve y pudimos entender cómo los animales se comportan en estas condiciones: alguno de ellos como el tejón, invernando. Siempre es una experiencia reveladora para adultos y niños entender cómo nuestra presencia afecta a la naturaleza salvaje para que podamos minimizar nuestro impacto sobre su medio. ¡Les necesitamos! y la verdad es que con nuestra continua expansión les estamos dejando sin sitio para vivir a sus anchas…
Llevarle la comida a todos los animales del centro con la nieve se alargó tanto que no pudimos visitar como estaba previsto la Casa del Oso Pardo, o de l’Òs Bru Isil en catalán. Una ocasión más para entender como la continua colonización de terreno por los hombres y la persecución de los animales puede incluso hacer que casi desaparezcan especies autóctonas como la del Oso Pardo. Afortunadamente desde hace un tiempo se está trabajando conjuntamente con los locales para su re-introducción.
Nos hubiese gustado quedarnos a dormir en las estupendas instalaciones de Món Natura Pirineus pero teníamos cita con el carnaval de Esterri d’aneu y con una comida reparadora en el Hotel Lo Paller, donde nos esperaba un delicioso trinxat de montaña seguido de suculentas chuletitas de cordero lechal. Al finalizar la comida los niños pueden ir a jugar al acogedor salón del hotel mientras los padres disfrutan de la sobremesa.
Después de un día salvaje, da gusto volver al pueblo y re encontrar la amabilidad de su gente. Nada más que por esto, todos los pueblos ¡se merecen el sello Destino Turismo Familiar! pero además hay que señalar que los Destinos Turísticos Familiares acreditados, no escatiman en instalaciones para dar servicios a las familias: tronas, cambiadores, facilidades en el menú, juguetes y sobre todo mucha tolerancia y comprensión con la naturaleza de los niños. Nadie se molesta aquí porque un bebé llore o porque un niño salga correteando entre las mesas. Es de agradecer. Cenamos en reparadora en el Hostal Vall D’Aneu donde pudimos repetir a voluntad su deliciosa escudella servida en tinaja de barro… Apuesto a que Jamie oliver se inspiró en este plato cuando ideó su término comfort food 🙂
Día 3: Visita del Ecomuseo de les Valls d’Àneu
El día se levantó soleado y aprovechamos para pasear por Esterri d’Aneu admirando su puente y sus calles empedradas que nos condujeron sin falta hasta el Ecomuseo situado en una de las tradicionales casas del pueblo antiguo restaurada y habilitada para que los visitantes podamos entender cómo vivían las familias montañesas sin luz, agua corriente ni lavabo… La vista es una ocasión excelente para reflexionar sobre nuestra propia forma de vida, cuya facilidad y abundancia, nos hace a menudo olvidar el valor de los recursos naturales. Os recomendamos sin falta una visita guiada a a Cassa Gassia.
Preparándonos para el camino de vuelta a Barcelona, decidimos hacer una parada en La Guingueta d’Àneu para hacer una caminata por la orilla de la Noguera Pallaresa, que en esta localidad ensancha su cauce formando pantanos como el Lac de la Torrassa ideal para las actividades acuáticas. En este zona también se practica la pesca sin muerte de la trucha, y por lo que nos contaron, los aficionados a este arte esperan con impaciencia el inicio de la temporada para retornar a este spot considerado como ideal para disfrutar en familia.
Cerramos nuestra aventura con un último homenaje a la cocina montañesa, de guisos y caza, con un toque refinado del Hotel Poldo. Cuarta generación sirviendo a los paseantes desde que su abuelo instalase una fonda al lado del río para dar comida a los que emprendían la larga ruta del exilio … porque también hay muchas historias en estos Valles, y las personas están ahí para contarlas.
Volvemos a Barcelona, con las pilas cargadas ¿y tú? ¿conoces este destino? ¿Compartes tus recomendaciones?
¡Comenta!
-
Ver Política de Moderación de comentariosPingback: Festival Esbaiola't en Esterri d'Àneu | Mammaproof Barcelona
Laurent
Lo pasamos genial! Volveremos a repetir esta destinación en montaña.
Pingback: Espot y Port Ainé: naturaleza, esquí y actividades para familias en SkiPallars