En Mammaproof tenemos espíritu viajero. Por este motivo cuando supimos que Julieta, cocinera, mamá y emprendedora tras la preciosa marca de ropa Hallojuno se iba con su familia a New York, no pudimos resistirnos. Le pedimos que nos escribiera una crónica con sus impresiones sobre viajar a New York con niños. (Podéis ver más fotos sobre su aventura neoyorquina en su cuenta de Instagram.)
Cuando decidimos hacer este viaje dudamos mucho en hacerlo con Juno o dejarla con sus abuelos. Y llevarla fue ¡la decisión acertada!
Me preocupaban mucho más las horas de vuelo que el viaje en sí, pero una vez más ¡estaba equivocada! Sólo es cuestión de reorganizar horarios, retrasar siestas y hacer que disfrute del vuelo lo máximo posible. Viajamos con una compañía americana que, aparte de tener muy buen servicio, tiene aviones en los que asignan asientos especiales para familias con bebés de menos de 24 meses.
El mejor plan, sin duda, para los peques (sobre todo si vais en verano) es el Central Park. Allí podréis encontrar zonas de juegos y fuentes de agua donde los niños pueden refrescarse.
Aunque el parque que más disfrutamos, que estaba de camino al hotel, fue el Bryant Park, donde tienen un “reading room” ¡ideal para niños! Un lugar donde nosotros además podíamos descansar.
El museo de Historia Natural fue una de las cosas que más nos gustó, pero ¡sobre todo a ella! Es un museo ideal para todas las edades, pero especialmente para los más pequeños.
Lo que sí que tenéis que tener en cuenta es que New York es una ciudad para andar, andar y andar. No encontraréis tan fácilmente ascensores ni escaleras mecánicas en los transportes públicos. Como tampoco un menú infantil adaptado a un bebé, ni el típico potito que te saca de un apuro. ¡Qué momento más complicado el de la hora de la comida!
Ha sido, un experiencia positiva que sin duda repetiríamos! ¡Viajar a NY con niños es posible!
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Coincido en la mayoría de cosas. Yo fui con mi bebé de 14 meses. Lo peor: pocos parques (aunque Central Park compensa!) y escasos ascensores en las paradas de metro. El viaje en avión, mucho mejor de lo esperado. A la ida sobraban asientos y pudimos estirarla en un par de ellos: durmió como una reina! La vuelta fue más durilla porque la teniamos que sentar en nuestro regazo, pero como eramos bastante familia nos íbamos turnando. Lo mejor: al entrar en los monumentos tipo Empire State, estatua de la Libertad, etc… no tienes que hacer cola! Y la comida, sí, un poco desastre, pero un pincho de pollo a la plancha lo venden en cualquier foodtruck y por unos cuantos días tampoco creo que pase nada… En definitiva, el ritmo no es igual que ir en pareja, pero os aseguro que en 8 días que estuvimos no nos dejamos nada importante por ver. Ella no recordará nada, pero lo ha disfrutado tanto como nosotros.