Desde que leí en la revista Descobrir que el Tamarit Park Resort era uno de los mejores campings de Catalunya (por servicios, trato y ubicación), decidí que #LaFurgo tendría que visitarlo.
Nuestra parcela era de las más grandes y en primera línea del mar (y también de las menos económicas) y la verdad es que estaba muy bien: de un lado el mar y del otro un mini bosque ideal para que los peques correteasen bajo la sombra.
El Tamarit es uno de esos campings que dispone de una amplia oferta de servicios. Aunque a nosotros nos encanten los campings pequeños y familiares, hay que reconocer que los peques se lo pasaron pipa en la zona de ocio del camping, con todo el bullicio propio de las actividades de animación que allí se hacían.
Justo al lado del restaurante, de la piscina y del parque infantil, un irresistible césped con sombra nos obsequió con unas horas de disfrute con la tribu.
La comida de su restaurante no está mal, especialmente considerando nuestra experiencia en los restaurantes de otros campings de playa. Ya sé que el que se va de camping normalmente cocina, pero en nuestro caso nos gusta tanto la barbacoa como el ‘hoy no cocinamos’. Así que cuando viajamos con #LaFurgo, además de visitar parcelas, también vivimos ‘experiencias gastronómicas camperas’.
Entre las diversas animaciones de los grandes campings están las ofertas de música en directo. Aunque la idea no siempre agrada a todo el mundo (no pudimos intercambiar casi ni una palabra durante la cena), la solución es muy sencilla: los que buscan absoluta tranquilidad es mejor que opten por un camping más pequeño.
En nuestro caso, ver a nuestros hijos disfrutando de la música, ajenos a las caras reticentes de algunos adultos, acabó por contagiarnos. Nos tuvieron que echar del restaurante a la hora de cerrar!
Respecto a los servicios para las familias, hay que destacar que el lavabo infantil del camping es estupendo. Pequeño, pero bien pensado: la bañera para bebés justo delante de duchas para mayorcitos permiten la gran aventura de hacer el baño de dos peques al mismo tiempo.
Por poner un ‘pero’ en nuestra experiencia, decir que aunque nuestra parcela estaba en la primera línea del mar, la playa justo delante (en la altura del chiringuito del camping) no era la más adecuada para el baño de los peques, ya que una gran cantidad de piedras dificultaba el acceso al agua.
Para poder disfrutar del mar, nos tuvimos que desplazar un poco y montar la sombrilla justo delante de su restaurante de playa. Así que es un conveniente que tiene solución. Y hay que decir que nos encontramos con un terraza estupenda.
Tampoco es el camping más económico que visitamos, pero tenemos que reconocer que ¡no es fácil bañarse de mar justo al lado de un castillo!
En definitiva, lo recomendamos!
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Nosotros hemos ido 3 años seguidos a este camping y la playa siempre es de arena fina y sin piedras, pero este año con el verano tan feo que hizo estaba la playa llena de muchas piedras.
Respecto los restaurantes, para mi el que se come mejor y con diferencia, es el restaurante de la playa, con las fantasticas vistas al Castillo de Tamarit.
Un camping muy recomendable para ir con niños, llano, muchas actividades… Eso si, bastante grande! Y algo caro…