No es ningún secreto de Barcelona. Su noble ubicación y presencia en las guías de la ciudad lo hacen bastante conocido, pero la verdad es que sólo pasé a frecuentarlo cuando tuve la necesidad de refugiarme para amamantar a Teo. Ahora, su nueva finalidad en mi rutina es la de ser un lugar de apoyo para dejar que el peque vaya un poco a su aire. Para los que penséis que es difícil encontrar lugares para salir con un bebé en sus primeros meses, descubriréis la aventura en la que se convierte el paseo cuando les empieza a dar urticaria el cochecito y todo lo que quieren es explorar el mundo a toda velocidad con sus propias piernas… Es cuando empieza la famosa fase de “esclavitud de los parques infantiles”.
Nuestra recomendación de hoy se concreta en una pequeña isla verde rodeada por el ajetreo de algunas de las principales calles de la ciudad: Passeig de Gràcia, Diagonal y Rosselló delimitan una manzana del Eixample en la que encontramos un edificio histórico cuyo espacio físico es compartido por el Centre d’Informació Turística de Catalunya y varias salas de exposiciones y eventos. El ambiente es de lo más variopinto: turistas que buscan la oficina turística o que simplemente entran atraídos por la belleza del edificio, público interesado en las diversas exposiciones de sus galerías, huéspedes del Hotel Gallery, madres y canguros del barrio que tienen allí su cuartel general, profesionales de la zona que buscan un lugar tranquilo para su bocadillo, etc.
Casi se me olvida deciros que todo ello se encuentra dentro de un parque que nos ofrece bancos bajo el sol y bajo la sombra, pequeñas zonas habilitadas para jugar con los cubos de playa, frecuentes exposiciones de arte, tanto al aire libre como en sus salas interiores (debidamente accesibles), además de una terraza de hotel (Hotel Gallery) en la que se puede tomar algo o bien comer algunos de sus diferentes menús… ¡Bienvenidos a los Jardines del Palau Robert!
Estamos hablando de un lugar muy recomendable para desconectar un buen rato, descansar de las compras, comer un bocadillo, apreciar una exposición, amamantar a tu bebé tranquilamente, dejar correr al peque, disfrutar de la mezcla de autóctonos, familias y turistas que allí se dan cita… En fin, ideal para un aperitivo de naturaleza al ladito del metro cuadrado más caro de Barcelona.
Por estar tan céntrico, también lo utilizamos mucho como punto de encuentro de la tribu. En la zona hay muchas buenas opciones de take away que pueden hacer la pausa en el parque aun más agradable.
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Hooo!
Yo lo suelo visitar y me encanta. Parece mentira que en un sitio tan transitado haya un espacio de relax como este. A mi me gusta ver sobre todo a los oficinistas comer con los tuppers al medio día y sentirme una privilegiada por estar con mi nene sin prisas.
Ana Márquez
Yo solía comer antes de ir a trabajar al Dir de Gracia o simplemente hacía tiempo leyendo un libro… Es un lugar impresionante en plena ciudad!!
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