Aprovechando nuestro fin de semana largo en l’Escala, acercamos als Aiguamolls del Empordà para una excursión de un día.
Cuando planificas una excursión con bebés o niños muy pequeños, a los que probablemente vas a acabar cargando en la mochila, mejor intentar que se cumplan tres condiciones:
1.Que el trayecto esté bien señalizado.
2.Que sea asequible: de corta duración, con poco desnivel, con un camino suficientemente ancho…
3.Que tenga hitos a lo largo del recorrido: para animar a los niños a subir el ritmo y alcanzar pequeños objetivos.
En ese sentido, el parque natural dels Aiguamolls del Empordà es un acierto. Tanto en bici, como andando, ofrecen múltiples posibilidades.
El centro de información El Cortalet te proporciona fácilmente todo lo que necesitas. El aparcamiento, muy bien acondicionado, es de pago, 5 euros/día, que reinvierten en cuidar de todas las instalaciones. Allí mismo hay mesas de picnic y un pequeño bar. El centro dispone de servicios, que aunque no les vendría nada mal una reforma, siempre son de agradecer.
Para amenizar la excursión, compramos un folleto con las aves que se pueden avistar en cada época y alquilamos unos prismáticos. Nos aseguramos así que Anna mostrará interés por el entorno y la visita. Además, fue más fácil hacerle entender la importancia de mantener al máximo el silencio para preservar el carácter del parque.
Los parques naturales son espacios protegidos. Hay que respetarlos al máximo, no todo está permitido y existen regulaciones específicas. Minimizad las huellas de vuestro paso por allí.
Al final, optamos por la ruta más sencilla, entre el centro El Cortalet hasta El mas del Matar. Cómo era otoño y no comenzamos a caminar hasta después del almuerzo, no queríamos arriesgarnos a que la excursión se alargara demasiado y oscureciera.
Las mejores horas para observar aves son por la mañana y al atardecer, y las épocas en las que hay más especies, son las de las migraciones, entre marzo y mayo en primavera y entre agosto y octubre, en otoño.
Para no saber siquiera que era eso del #birdwatching, la verdad es que disfrutamos mucho del ambiente, caminar en silencio para poder oír el agua, los animales, el viento. Intentando identificar que aves habíamos visto, tachándolas de la lista cuál expertos.
El itinerario cuenta con numerosos observatorios, refugios y torres de observación, de todo tipo, desde los que detenerse a observar por los prismáticos y ver a las diferentes aves.
Al final, un espectacular mirador en un gran ejemplo de arquitectura reciclada. Unos antiguos silos reconvertidos en un mirador panorámico. ¡Merece la pena subir las escaleras! Nosotros llegamos justo en el momento del atardecer y la luz y las vistas eran espectaculares. Siento que las fotos sean del móvil y no capten la magia del lugar. Tendréis que ir allí a verlo vosotros mismos.
Advertencia: cómo en cualquier zona húmeda, conviene llevar repelente de mosquitos.