Granjas y animalesFundación Projecte Miranda, una experiencia inolvidable entre caballos en libertad

Creo que la mayoría de los padres “urbanitas”, cuando empezamos a ser padres, sentimos una necesidad o casi una obligación de acercar nuestros hijos a la naturaleza y de ofrecerles el contacto con los animales. Nosotros también, respondiendo a esta llamada interna, pasamos por diferentes opciones que ofrece Barcelona y sus cercanías: fuimos socios del zoo, visitamos distintas granjas, pasamos algún fin de semana en un camping ecológico (aquí tenéis la prueba), y, como por el camino apareció la fascinación por los caballos, dimos muchos paseos en ponis e incluso visitamos una escuela de hípica. Pero… por algo, me parecía que a este tipo de contacto con los animales, puntual y distante, no acabábamos de sacarle jugo.

Como escribí en una de mis crónicas anteriores, durante un curso participamos en el taller de danza ofrecido por la escuela Eòlia. Cada semana, mientras esperaba a la salida de la clase, mataba el tiempo repasando los típicos folletos colocados en una estantería. Entre la publicidad de espectáculos y de conciertos, destacaba la de la Fundación Projecte Miranda, con unas fotos preciosas, verdes… vaya, ¡todo un contraste con la triste plaza Tetuán que nos encontrábamos al salir de la escuela! Miré la web, me enganché siguiendo el proyecto a través del Facebook y, finalmente, nos animamos a asociarnos. Me gustaba la idea de poder satisfacer este “mono” de contacto con la naturaleza de manera un poco más constante y comprometida. En junio participamos en nuestro primer encuentro y para toda la familia fue un amor a primera vista. Y creedme, a pesar de que lo parezca, no está tan lejos de Barcelona, solo a una hora y media en coche.

Ahora viene lo difícil, intentar explicar bien qué es Projecte Miranda para que también vosotros os enamoréis y tengáis ganas de ir y de volver. Los impulsores de la Fundación son Rosa Galindo y Maurici Biosca. Antes de dedicarse a los caballos, ambos fueron actores, de hecho Rosa es directora de la escuela Eòlia (lo que explica el misterio de los folletos!). Creada en el año 2008, después de pasar por diferentes etapas, finalmente la Fundación se instaló en el Pla de l’Orri, en Alt Berguedà. Ahora mismo, en los terrenos de la finca viven en libertad 29 caballos, 2 ponis y 3 burros. Sin olvidar la oveja Orosia, muy seductora ella, los tres corderitos, recién llegados a la familia, 5 perros, algunos gatos y las gallinas. De los caballos, muchos fueron rescatados de unas condiciones de vida penosas, algunos recibieron maltratos, otros estuvieron a punto de ser sacrificados, por ejemplo, por haber sufrido una lesión. Devueltos a la libertad, al contacto con el grupo y a la naturaleza, recuperaron la salud física y psíquica de forma espectacular y siguen disfrutándola a pesar de que nadie apostaba por su supervivencia.

¿Cómo podéis acercaros a la Fundación?

La primera opción es participar en una visita en grupo de las que se ofrecen, más o menos, una vez al mes. La mayoría de los caballos que vimos antes de conocer Projecte Miranda, vivían separados del grupo y en un espacio muy limitado. Llegar al Pla de l’Orri y verlos moviéndose en total libertad y relacionándose entre ellos, nos cambió totalmente la visión de este noble animal. En la visita, Mauri da algunas explicaciones básicas sobre la comunicación con los caballos: cómo interpretar sus gestos, sus movimientos y cómo respetar su espacio y sus necesidades. Con estas pautas, se pasa totalmente el miedo que a veces uno puede sentir al lado de un animal tan imponente. De verdad, ¡es una experiencia que vale la pena vivir! Os invito a ver el video que he hecho durante la visita en grupo este mes de enero.

También podéis, como nosotros, lanzaros directamente a la piscina y asociaros a la Fundación. Aportando una cuota mensual, tendréis la posibilidad de participar en los encuentros de los socios y padrinos organizados también de forma mensual (si la meteo lo permite). Nosotros, desde el mes de junio, no nos perdimos ni uno. Es un lujo poder volver al mismo lugar durante diferentes épocas del año, apreciar los cambios en el paisaje y ver cómo los animales se adaptan a las diferentes condiciones climatológicas. Con el tiempo, vamos conociendo a todos los caballos no solo por su nombre, también vamos descubriendo el carácter de cada uno, sus hábitos, su posición dentro de la manada… Pero los caballos no son los únicos protagonistas de estos encuentros, por ejemplo en marzo nos dedicamos a ayudar a otros habitantes del Pla de l’Orri: en varios árboles de la finca colgamos casitas-nido para las mallerengues, un pájaro de gran utilidad para el equilibrio del ecosistema de la zona, como nos explicó Raquel, bióloga que colabora con la Fundación.

Si alguien quiere y puede comprometerse aún más y apoyar a la Fundación de forma más generosa, puede apadrinar un caballo y disfrutar de una relación estrecha e íntima con su elegido.

Tanto los encuentros de socios, como las visitas en grupo incluyen un punto muy especial, que por sí solo ya le da mucho valor a la excursión, y es la comida que prepara Rosa. Los platos, una fusión perfecta de tradición y de creatividad, son sencillos, pero siempre exquisitos, cuidados hasta el último detalle y elaborados con productos ecológicos y de proximidad. Difícil de describir con palabras, ¡hay que probarlo! Al margen de las actividades propuestas en la agenda, también existe posibilidad de concertar una visita para un grupo privado, una opción perfecta para una celebración especial.

Por último, y espero que a muchos de vosotros os resulte interesante, durante las semanas de verano la Fundación ofrece campamentos para niños de 6 a 13 años y campo de trabajo para adolescentes de 12 a 17 años. Por lo que cuentan los participantes de las ediciones anteriores, es una experiencia inolvidable. Personalmente, no me importaría volver a la edad del pavo solo para vivirla. Dormir en los tipis, pasar los días entre caballos y en este entorno excepcional y único… En fin, esta propuesta no tiene precio (bueno, sí que lo tiene, pero estoy segura que por la calidad de todo lo que se ofrece, lo vale).

Espero que os haya animado a conocer la Fundación Projecte Miranda y que muy pronto nos encontremos por el Pla de l’Orri.