Un plan perfecto en familia si estáis por la zona norte de la Costa Brava es hacer una pequeña excursión hasta el monasterio de Sant Pere de Roda (Camí del Monestir, s/n, 17489 El Port de la Selva, Girona). Lo bonito de esta excursión es el paseo que te lleva hasta allí, ya que las vistas son preciosas, siempre con el mar en el horizonte.
Hay dos posibles llegadas al monasterio: desde Vilajuïga y desde Port de la Selva. En este caso, yo os hablo del acceso desde Vilajuïga, pues llegando desde Figueres o desde la autopista es el más fácil. La primera vista que tienes del monasterio siempre impacta, aunque la hayas visto varias veces antes. En un recoveco del camino aparece de golpe la vista majestuosa de sus torres mirando al mar impasibles, retantes, como si siempre hubieran estado ahí.
Justo en la zona del parquing verás en la cima de un pequeño monte, el poblado de Santes Creus. Vale la pena subir un momento para hacer la visita pues alberga aún las ruinas de lo que fue el poblado que servía de alojamiento y zona de servicios de los peregrinos que llegaban al monasterio. Las vistas desde este lugar, para mí son las mejores!
El camino que te lleva hasta el monasterio es fácil de recorrer, ya que des del parquing hasta el monasterio, a ritmo de peques, no te lleva más de veinte minutos a pie. Ah, y muy importante, el camino está esfaltado, con lo cual se puede acceder fácilmente en cochecito.
Por el camino hay que ir fijándose bien en los carteles de madera con los nombres de varias plantas y arbustos autóctonos. A los peques les encanta ir descubriendo los diferentes carteles y leer sus nombres…, en latín!!!
El día que fuimos nosotros la entrada era ya que, sin saberlo, era el Día del Patrimonio Cultural. De todas formas, las tarifas son asequibles: entrada normal € 4.5, entrada reducida (<25 años,> 65 años entre otros) € 3.5 y entrada superreducida (grupos escolares y familias numerosas y monoparentales 2 €). Menores de 8 años y personas en paro, entre otras GRATUITO. Vale la pena hacer la visita por la mañana, ya que por la tarde cierran a las 17:30 y si llegas después de comer, la tarde se hace corta.
Nosotros no cogimos la visita guiada, pero con la entrada te facilitan un plano con diferentes números. Con los peques jugamos a ir encontrando todos los sitios que marcaban los números, así la visita se les hacía más entretenida. Cada vez que nos saltábamos uno ¡nos hacían retroceder!
La zona del claustro es la más divertida para ellos, además en medio hay un pozo y les hace mucha gracia gritar dentro para oír su eco.
Para hacer una pequeña parada, dentro del monasterio encontrarás una cafetería con una pequeña terraza. Es muy agradable tomar algo y relajarse en este entorno y ¡con estas vistas!
Una vez terminada la excursión, en el camino de bajada encontrarás la Zona de Picnic de Mas Ventós. Éste lugar es una de las mejores zonas de picnic de la Costa Brava. Es una explanada enorme con una edificación con brasas donde uno mismo puede hacer fuego y cocinar su propia barbacoa, de forma totalmente gratuita: sólo hay que llevar el material!!
Hay mesas y bancos para sentarse, pero a menudo están llenas pues es una zona bastante concurrida. La zona es muy grande y los niños pueden jugar, correr y vivir mil y una aventuras inventadas.
En la misma zona de picnic encontrarás un mirador con las mejores vistas del Golf de Roses. Éste bien puede ser el Balcó del Empordà.
Una forma perfecta de acabar la excursión y el día en familia!
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