Dónde comerEl Café del Gallery, la terraza más Mammaproof del Eixample

El Café del Gallery es el restaurante del céntrico y reputado Hotel Gallery. Situado estrategicamente entre la Rambla de Cataluña y el Paseo de Gracia, tiene además la suerte de compartir su terraza con los jardines del Palau Robert, uno de nuestros lugares Mammaproof por excelencia del Eixample.

Puedes entrar al Café Gallery por la Calle Roselló o bien directamente tomar el acceso al Palau Robert desde Rambla Cataluña. Merece la pena ir muy temprano o bien reservar mesa en la terraza para almorzar porque con el buen tiempo se llena ya que son muchos los apreciadores de este refugio Mammaproof en medio de la ciudad.

Siempre nos agradó el buen talante del Hotel Gallery para con las familias. A nuestro saber, es el único hotel de Barcelona que ofrece a sus clientes de forma gratuita el cochecito Bugaboo Bee para poder visitar Barcelona de forma cómoda y fácil. ¡Gran iniciativa!

Un restaurante con terraza cuenta con muchos puntos para agradar a las familias, más aún si el espacio está alejado del tráfico y se inserta en unos cuidados jardines.

Puedes ir al Café del Gallery para tomar un café o tomar algo e incluso tienen servicio de “Take-Away” durante la semana con precios muy interesantes: desde 2,90 euros un desayuno hasta los 14 euros de menú completo.

Nosotros fuimos el fin de semana pasado a la exposición de “El bulli” en el Palau Robert (por cierto muy recomendable) y la visión de tanto arte culinario nos avivó las papillas. Leo quedó encantado con la presentación de los platos en plastilina.

Decidimos pegarnos un homenaje y sentarnos en la terraza del Café Gallery para disfrutar de su cocina mediterranea.

Leo se entusiasmó con el aperitivo de tapenade en tubo lista para esparcir en los crujientes panecillos.

El servicio es amable y atento, trajeron una trona para Leo y nos guiaron en la elección de platos. No tienen menú infantil, pero sí unas croquetas de jamón cremosas a la altura de las “del puchero de la abuela”.

El papá se decantó por un Steak Tartare hecho al minuto y aderezado en cocina al gusto del consumidor (traen una muestra en cuchara) que puede añadir sal o salsa Perrins a la mezcla.

La mamá pidió el arroz meloso con gambas de Palamós (una de las gambas no llegó a la foto porque fue inmediatamente devorada por Leo) ¡Estaba exquisito!

Compartimos un Mousse de Maracuyá con pistacho también delicioso y tengo que decir que gracias a la bolsita con personajes variados que nos regaló la abuela (colección familiar que ha pasado por las manos ya de muchos nietos) tuvimos hasta una sobremesa agradable amenizada por el lobo feroz y los tres cerditos.

Único “pero” (aunque de fácil solución) faltaba un cambiador en los servicios del hotel, a los que situados en la primera planta, puedes acceder en ascensor.

También tengo que decir que los precios a la carta no son económicos (pagamos 70 euros sin beber vino) pero la calidad de los productos, el servicio y la experiencia en este caso, bien lo merecieron. Además con el servicio de cafetería y take away, hay opciones para todos los bolsillos.

¡Repetiremos! Eso sí, cuando vengan a visitarnos los abuelos ^__^